Cinco huellas y un perfume: detuvieron al acusado de un femicidio en Belgrano

Las marcas en un vaso y un frasco, la relación entre el acusado y la víctima, y un intento fallido de esconder el femicidio ocurrido en una torre de Belgrano.

Cinco huellas y un perfume: detuvieron al acusado de un femicidio en Belgrano

Cinco huellas dactilares encontradas en un perfume y en un vaso fueron las pruebas «clave» que llevaron a identificar y detener a un hombre con antecedentes por homicidio y robo como el presunto autor del femicidio de su expareja, quien fue asesinada el 19 de septiembre pasado en su departamento de Belgrano.

Fuentes judiciales y policiales informaron que Diego Martín Arener, de 42 años, quedó imputado por el femicidio de Laura Raquel Sanoner, de 51. La víctima fue asfixiada, golpeada y apuñalada, y su cuerpo fue hallado en la bañadera de su departamento.

Arener fue procesado con prisión preventiva esta semana por orden del juez de Instrucción Gustavo Miguel Pierreti, quien lo imputó por el delito de «homicidio triplemente agravado por el vínculo, criminis causae y mediante violencia de género».

Huellas dactilares, la prueba contundente

En base al relevamiento realizado en la escena del femicidio por personal de la Unidad Criminalística Móvil del Área III Oeste de la Policía de la Ciudad, se obtuvieron rastros dactilares que fueron cotejados por la división Papiloscopia y Patronímica con las bases de datos, mediante los cuales se estableció que cinco de ellos se correspondían con los dígitos índice y medio derecho e índice y pulgar izquierdo de Arener.

«Concretamente, se determinó que las huellas de Arener, que se revelaron en la escena del crimen, se hallaron en una lata metálica con la inscripción ‘Jean Paul Gaultier’; en un perfume con forma de busto femenino que se encontraba en el interior de la lata metálica que estaba sobre la cajonera en la habitación con baño en suite; y en un vaso que estaba sobre una mesa ratona en el living», describió el magistrado al procesar al acusado.

Los especialistas advirtieron que esos rastros eran «frescos», es decir todos de reciente data, incluso más recientes que las huellas de la propia moradora de la vivienda.

El marco de la causa que se instruyó en la fiscalía Núñez-Saavedra, a cargo de José María Campagnoli, se sumaron otros indicios que apuntan a Arener: la denuncia en su contra la que la víctima le había hecho por robo en 2016, sus antecedentes penales por el homicidio en ocasión de robo de un remisero y un robo calificado por el uso de arma, ambos en la provincia de Santa Fe, y sus reiteradas violaciones de las salidas transitorias de prisión.

Además, al momento de ser detenido el 29 de septiembre en inmediaciones del barrio Ejército de los Andes, conocido como «Fuente Apache», en Ciudadela, Arener conducía un Volkswagen Vento que había comprado el 26 de agosto -fecha coincidente con la probable del crimen de Sanoner- a cambio de 16.200 dólares en efectivo y abonados en su solo pago.

Ese rodado fue transferido a nombre de su pareja, una empleada doméstica identificada como Pamela Susana Gómez (40), quien también quedó procesada en esta causa, aunque sin prisión preventiva, por el delito de encubrimiento, al considerar el juez que ayudó a Arener «a asegurar el provecho tras la comisión del delito especialmente grave por él ejecutado -dinero que sustrajera de la vivienda de la víctima Laura Raquel Sanoner cuando la mató con ánimo de lucro».

Para el magistrado, los elementos colectados en la causa indican que «durante el violento episodio y en ese mismo contexto, el imputado se apoderó de, cuanto menos, el aparato telefónico de la víctima, su computadora personal, dinero en efectivo en una importante cantidad tanto en pesos como en dólares estadounidenses y otros elementos de valor aún no determinados».

El juez dio por probado en base a dichos de testigos que la mujer asesinada solía guardar importantes sumas de dinero en moneda nacional y extranjera en el interior de su vivienda y que para la época del crimen poseía al menos entre 300.000 y 500.000, varias joyas de oro, una computadora portátil y al menos 8.600 dólares que le había dado su padre para pagar un tratamiento médico.

El femicidio de Laura Raquel Sanoer

Sanoer había sido pareja de Arener hasta que en octubre de 2016 ella lo denunció por el robo de U$S 40.000, $ 50.000, alhajas y otros elementos de valor de su domicilio.

Los investigadores policiales creen que el hombre volvió a robarle a Sanoer, pero esta vez la mató, de acuerdo al procesamiento al que tuvo acceso Télam.

Además, el sospechoso tiene antecedentes por homicidio y robo calificado en Santa Fe, donde estuvo detenido entre 2016 y 2021, lapso en el cual violó varias veces salidas transitorias que le fueron otorgadas.

De hecho, al ser detenido el pasado 29 de septiembre en la localidad bonaerense de Ciudadela estaba en calidad de «evadido», ya que debía estar purgando una pena de 20 años y seis meses de prisión en esa provincia, agregaron los voceros.

El femicidio fue descubierto el 19 de septiembre pasado, cuando el padre de la víctima llamó a la Policía de la Ciudad y personal policial ingresó al departamento del octavo piso de una de las torres ubicadas en la calle 11 de Septiembre entre el 1800 y 2600, en Belgrano.

De acuerdo a los resultados de la autopsia, la mujer murió asfixiada, mientras que los golpes y las lesiones cortantes podrían haberse hecho en un contexto de «amedrentamiento o intimidación» para que entregara dinero o abriera la caja fuerte que tenía en su placard.

Debido a la ausencia de heridas de defensa en el cuerpo de la víctima, los forenses estiman que el asesino pudo haberle suministrado alguna sustancia para adormecerla, lo que podrá surgir de los estudios toxicológicos aún no concluidos.

Al momento de dar con el cuerpo, la Policía encontró la puerta del baño cerrada con llave y una toalla enrollada en el piso que tapaba una rendija, lo que junto al hallazgo de un envase de desodorante de ambiente sobre la víctima hace presumir que el asesino quiso evitar que se sintiera al poco tiempo el olor del cadáver.

Sobre la data de muerte, según consta en el auto de procesamiento, se estima que fue entre el 16 de agosto -fecha del último registro del teléfono de la víctima- y al menos 15 días antes del 4 de octubre, que fue el día en que el cadáver fue hallado.

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