Los estudiantes que participaron de las protestas podrían perder su regularidad. Lo decidió el Ministerio de Educación porteño.
Doce colegios permanecen tomados por alumnos en la ciudad de Buenos Aires.
El Ministerio de Educación porteño decidió que se extenderá el período de clases en las escuelas secundarias que fueron tomadas por los alumnos. Por otro lado, los estudiantes que participaron de las protestas podrían perder la regularidad por tener faltas injustificadas y no cumplir con el 85% de asistencia del bimestre.
De acuerdo al calendario escolar establecido para este año, las clases finalizaban para todas las escuelas de nivel secundario el 2 de diciembre. A partir de esta nueva resolución, el ciclo lectivo se extenderá de acuerdo a los días que hayan permanecido cerradas las instituciones. Además, los estudiantes tendrán el período de apoyo y acompañamiento para la evaluación y promoción previo a las mesas de examen.
Tras el levantamiento de las tomas el jueves pasado, el centro de estudiantes de la Escuela Normal N°5 de Barracas decidió extender por su cuenta la medida de fuerza hasta el viernes. “Venimos teniendo muchas ratas desde hace un mes y siguen conviviendo con nosotros”, sostuvo un docente de primaria del establecimiento.
“La cuestión edilicia es problemática, ya que tenemos inconvenientes eléctricos y estructurales, además de las viandas que no alcanzan y son de mala calidad. En la primaria hay muchos chicos pasando hambre por la situación social de ajuste que está implementando el Gobierno”, aseguró.
Los estudiantes levantaron la toma.
“Nuestra obligación como adultos es enseñarles a los chicos a dialogar y a participar, pero entendiendo siempre que hay otros derechos que deben respetarse y que todas esas diferencias deben poder convivir en una misma sociedad. Vamos a seguir dialogando con los estudiantes como lo hicimos durante todos estos años de gestión”, expresó Soledad Acuña, ministra de Educación porteña.
“Sin embargo, también vamos a seguir siendo firmes respecto a los límites que supone la convivencia democrática. Los espacios de diálogo están abiertos, pero siempre que las escuelas estén abiertas”, agregó la titular de la cartera educativa.
La tomas de las escuelas
Las protestas estudiantiles empezaron el 23 de septiembre en el colegio Mariano Acosta y se sumaron la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas “Sofía Broquen de Spangenberg”, la Escuela N°1 de Cerámica, el colegio Mariano Moreno, el Instituto de Educación Superior “Juan Ramón Fernández”, Escuela Federico García Lorca, Lengüitas, el Liceo 5 Pascual Guaglianone, la Escuela Osvaldo Pugliese, el Normal 8 y la Julio Cortázar.
Ante la toma del Mariano Acosta, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, responsabilizó a un grupo de estudiantes que actuó incitado por fines partidarios. En diálogo , la funcionaria aclaró: “Recibimos unos manuales que están circulando con discursos para que los chicos repitan y todas las instrucciones sobre cómo tomar una escuela”.
“Están siendo repartidos por el kirchnerismo a través de su sindicato UTE (Unión de los Trabajadores de la Educación) y de distintos legisladores que están incitando a los chicos a tomar estas medidas violentas”, indicó la ministra.
En sintonía, el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires difundió imágenes del estado en el que quedaron los baños del colegio Mariano Acosta luego de los tres días de toma que realizaron sus alumnos. La cartera de educación llevó a la Justicia a los padres y les solicitó 1,5 millones de pesos por los daños causados: puertas agujereadas, sin picaportes y paredes llenas de insultos escritos con aerosol, entre otros.
Los reclamos
En tanto, los pedidos que nuclean la protesta de los estudiantes tienen que ver con:
Mejoras edilicias.
Mejoras alimenticias en las viandas que reciben: se incluye la consigna “con hambre no se puede estudiar”, por lo que piden que se apruebe el proyecto de Ley Integral del Derecho a la Alimentación Adecuada en las Instituciones Educativas, presentado por la legisladora porteña por el Frente de Todos, Ofelia Fernández. Lo que promueve es un cambio en el sistema de los comedores escolares de los establecimientos públicos. Uno de sus ejes es la universalización y gratuidad de la asistencia alimentaria escolar y la prohibición de que las empresas que fueron multadas por un mal servicio puedan proveer alimentos.
El fin de las prácticas laborales obligatorias y no rentadas en empresas privadas y dependencias públicas: A fines de 2021, el jefe de Gobierno porteño anunció que a partir del ciclo lectivo 2022, comenzarían las prácticas laborales obligatorias en empresas y organizaciones para todos los estudiantes del último año de secundaria. La medida alcanza a 29.400 chicos de 442 colegios de gestión pública y privada, y forma parte de la cursada necesaria para aprobar el secundario. Según los alumnos del Lenguas Vivas se trata de “perder horas irrecuperables de clase”, además de estar “puestos en riesgo al no ser acompañados por profesores responsables a las prácticas”.