Luego del acto en el Estadio Único, la Vicepresidenta se reunió con dirigentes de peso en Buenos Aires. El kirchnerismo se refugia en la Provincia. Sin anticipo sobre su futuro electoral, pidió recorrer el territorio y mostrarse “cerca de la gente”.
Cristina Kirchner cenó después del acto en la plata con dirigentes bonaerenses y nacionales con peso en la Provincia.
Aunque alimenta el “operativo clamor” de La Cámpora que impulsa su candidatura, Cristina Kirchner no define o no le anticipa a nadie su futuro electoral. Pero hay algo que muestra con claridad: la Vicepresidenta se refugia en Buenos Aires. Luego del acto en La Plata, cenó en la noche del jueves con dirigentes de peso en la Provincia. Reforzó las críticas a la política de seguridad nacional, pidió recorrer el territorio y mostrarse “cerca de la gente”. Y también crecen las señales de tregua con el Movimiento Evita.
Del encuentro, en la residencia del gobernador Axel Kicillof, participaron decenas de intendentes (algunos con pedido de licencia por cargos nacionales, pero figuras políticas de sus distritos): estuvieron Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mayra Mendoza (Quilmes) y Alberto Descalzo (Ituzaingó), entre otros. También el Jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), el camporista ministro de Desarrollo provincial, Andrés Larroque, y el propio Máximo Kirchner, líder del PJ bonaerense.
Los intendentes y el gobernador se encargaron de destacar en su diálogo con Cristina Kirchner el fragmento de su discurso en el Estadio Único de La Plata que refirió a la inseguridad en el Conurbano y a la ausencia de Gendarmería, un tiro por elevación al ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, que este viernes le contestó públicamente.
“Nosotros cuando estuvimos en el gobierno desplegamos miles de gendarmes en el conurbano en el operativo Centinela, la gente lo pedía porque tenía más confianza. Esto todavía no sé por qué no podemos volver a hacer lo mismo, de desplegar miles de gendarmes aquí en el conurbano bonaerense en vez de tenerlos en medio de la Patagonia nadie sabe haciendo qué. Es hora de tener una mirada hacia los lugares que están sufriendo”, había dicho la Vicepresidenta horas antes.
La vicepresidenta Cristina Kirchner encabeza un acto por el Día de la Militancia en el Estadio Único de La Plata.
Junto con la inflación y la economía en general, la inseguridad es una de las principales preocupaciones -de acuerdo con la enorme mayoría de las encuestas de opinión- de los habitantes del conurbano bonaerense, histórico bastión electoral del kirchnerismo.
Por ese lado fueron los dos principales mensajes de la exmandataria a los dirigentes reunidos en la residencia del gobernador: atención con la seguridad en la Provincia y con los “ingresos de los trabajadores” en el medio de la crisis, y sobre todo a fin de año. “Pidió estar cerca de la gente, recorrer el territorio, eso claramente es el ADN del peronismo”, sostuvo un dirigente que estuvo en la cena.
“No podemos decirle a la sociedad que está todo fantástico y todo está bien. No hay mejor ayuda para un Gobierno que esa sociedad sepa para dónde vamos y por qué hacemos las cosas que hacemos” fue una de las frases que había dejado Cristina Kirchner sobre el escenario frente a miles de militantes y dirigentes el Estadio Único.
Señal de “tregua” entre el kirchnerismo y el Movimiento Evita
Aunque la Vicepresidenta lanzó varios mensajes para la interna y volvió a ponerse en el centro del armado electoral del Frente de Todos para el 2023, el acto en La Plata por el Día de la Militancia -con todas las características de un lanzamiento de campaña- también dejó algunas señales de distensión interna. El kirchnerismo y el Movimiento Evita, enfrentados desde el Gobierno de Macri y con grandes roces en los últimos tres años de mandato de Alberto Fernández, empezaron a delinear una tregua.
En las horas previas a la reaparición de Cristina Kirchner, su hijo y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, conversó con Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita, que decidió enviar una delegación al acto. En sus últimas apariciones públicas, la Vicepresidenta había criticado duramente a la organización social. Esta vez no lo hizo.
Emilio Pérsico, uno de los líderes del Movimiento Evita, en en el congreso nacional de la organización social .
No fue la única señal. De la cena posterior con la expresidenta participaron dos referentes clave del movimiento oficialista, que hasta ahora fue uno de los sostenes de Alberto Fernández: Mariel Fernández, intendenta Moreno, y Gildo Onorato, secretario gremial de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), una suerte de sindicato de buena parte de las organizaciones sociales.
“De a poco se va construyendo una vocación de corregir errores, vamos teniendo dimensión de lo que tenemos que afrontar en el 2023 y que somos todos necesarios para un espacio político competitivo que le gane al macrismo”, dijo un referente del Movimiento Evita, donde advierten sin embargo que no abandonan el plan de lanzar su propio partido político para competir en las PASO del año que viene.