La recepción del proyecto de Milei no había sido buena y todo indica que quedará de lado, sobre todo por la necesidad de atraer otros votantes. Para Massa ahora la urgencia pasará por aceitar importaciones de insumos para evitar un freno de la actividad.
Massa, ayer, tras conocerse el resultado de la primera vuelta electoral.
La posibilidad de ir hacia una dolarización en la Argentina cayó sustancialmente tras una elección peor a la esperada por parte de Javier Milei. Si bien el libertario quedó en segundo lugar y competirá en el balotaje, no logró sumar porcentaje de votos respecto a las PASO. Ahora quedará obligado a seducir a los votantes de Juntos por el Cambio y de otras fuerzas para recuperar el terreno que le sacó Sergio Massa y lo más probable es que ese proyecto quede en el camino para lograrlo.
Los mercados venían reaccionando negativamente ante la posibilidad de avanzar con una “dolarización sin dólares”, lo que se manifestó con un fuerte aumento de la cotización de las divisas en las últimas semanas. El argumento de los analistas era que el tipo de cambio de equilibrio debería ser sustancialmente más alto que el actual, básicamente para licuar los pesos y poder llevar adelante el plan aún con pocas reservas.
La aceleración cambiaria de las últimas jornadas también se vio fogoneada por las declaraciones del propio Milei, que consideró “excremento” al peso e incluso aconsejó no renovar los plazos fijos. La victoria de Sergio Massa en la elección presidencial claramente lo “empodera” para manejar la economía en este mes de transición hasta el ballotage. Uno de los temores en la previa electoral era que una derrota del Gobierno volviera inmanejable este mes hasta la segunda vuelta, pero claramente no será el caso.
Que Massa se mantenga en competencia y con buenas chances de llegar a la presidencia es prácticamente un reaseguro que se mantendrá el congelamiento del dólar oficial seguramente hasta mediados de noviembre, algo que además se negoció con el FMI.
De la misma forma, se mantendrá el congelamiento de tarifas y si se autoriza una adecuación en el precio de los combustibles, sería sustancialmente menor a la inflación acumulada.
Una de las preguntas que surge a partir de la victoria de Sergio Massa es si se reaviva el “trade electoral” que había generado una fuerte suba en el mercado de acciones y bonos antes de las PASO. Claro que al mismo tiempo se prolonga otro mes la incertidumbre
La evolución del “dólar cripto” mostraba una baja importante respecto a los picos por encima de los $1.200 del fin de semana y en algunas billeteras ya se manejaba en la zona de los $ 1.000. Es esperable que en las próximas jornadas, se mantenga en el rango de los $900 a los $1.000. Además, se descuenta que el Banco Central continuará interviniendo con reservas en el mercado de bonos para controlar la cotización de los dólares financieros.
La transición en este mes hasta el balotaje no será sencilla. Por lo pronto, se prolonga otro mes la incertidumbre, lo que generaría nueva demanda por cobertura en dólares a medida que se acerque la fecha de la elección, tal como sucedió en la previa a las PASO y a la primera vuelta.
Pero además, Massa en su rol de ministro de Economía tendrá que enfrentar problemas cada vez más acuciantes. El más delicado para las próximas semanas pasa por las dificultades para acceder a insumos importados, algo que mantiene casi paralizada a muchas industrias. Pero después del resultado de ayer, es esperable que el Banco Central y la Aduana liberen parte de las operaciones que se mantenían “stand by”. De lo contrario, crecería el malestar, podrían registrarse suspensiones en las fábricas y el circuito productivo se podría resentir aún. Todo lo que no precisa Massa para ganar las elecciones.
Para después del balotaje queda la tarea más seria por delante, que le tocará al presidente que resulte electo. Allí aparece la necesidad de bajar drásticamente el déficit fiscal, dejar de emitir y evitar que la inflación se espiralice. Al mismo tiempo, será necesario el sinceramiento del dólar oficial y descongelar tarifas. Si gana Massa al menos no podrá echarle la culpa a la “herencia recibida” .