El exproductor de Gran Hermano está detenido mientras se lo investiga por asociación ilícita con fines de trata de menores para la explotación sexual.
El juez federal Ariel Lijo indagó en las últimas horas a Marcelo Corazza en conexión con otra causa por corrupción de menores mientras el exproductor de «Gran Hermano» sigue detenido en los tribunales de Comodoro Py acusado por asociación ilícita con fines de trata de menores para la explotación sexual.
En junio de este año Lijo recibió en su despacho del juzgado federal número 4 de los tribunales de Comodoro Py la denuncia por corrupción de menores remitida desde Oberá, Misiones, contra el conductor televisivo Alejandro Wiebe, conocido como Marley.
El punto en común entre la causa que tramita en la Ciudad de Buenos Aires y la presentación hecha en Misiones es que el denunciante mencionó también a Marcelo Corazza, primer ganador de la versión argentina del reality show «Gran Hermano».
Ahora, el juez federal indagó a Marcelo Corazza por esa causa mientras el exproductor sigue detenido por su rol en una red de abuso sexual de menores cuyos casos se remontan a 1999 y por la cual hay otros implicados, cinco en total ahora.
Lijo tiene 10 días para definir si imputará a Corazza por el hecho calificado como corrupción de menores. Interviene en la causa el fiscal Carlos Rívolo.
Se prevé que el exproductor siga detenido hasta el juicio oral y público.
El juez federal también amplió la indagatoria por hechos de abuso sexual y corrupción de menores a los implicados en la otra causa, que son Raúl Mermet, Andrés Fernando Charpenet, Francisco Rolando Angelotti y un hombre de 25 años que fue detenido en agosto de 2023 en Misiones.
En esa causa, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional procesó a Marcelo Corazza por presunta «corrupción de menores en concurso ideal con exhibiciones obscenas» y dispuso su prisión preventiva.
El Tribunal de Apelaciones sostuvo que Corazza y los demás acusados integraron «una asociación ilícita con claros fines de trata de personas y explotación sexual».