El Long March 5B cayó el sábado cerca del mediodía en el Océano Índico y, según la NASA, la agencia espacial china no informó la trayectoria.
El cohete chino que estaba fuera de control, finalmente, reingresó a la atmósfera y cayó en el Océano Índico. Desde la NASA advirtieron que Pekín no compartió la «información específica de la trayectoria» necesaria para saber dónde podrían impactar los posibles escombros. En un momento circuló que pudo haber caído en la provincia argentina de Santa Fe.
«Si el cohete cae a las 21.24 horas, como está previsto, caerá sobre Irak, en el norte de la península arábiga. Pero como el margen de error es de 16 horas antes o después, puede caer entre el sábado 30 a las 5.20 de la mañana, o el domingo 31 a las 13.24 horas», había dicho el experto argentino en vuelos espaciales, Diego Córdova, a Aire de Santa Fe. Y advirtió que, si las partes del cohete caen antes de las 21.24 horas del sábado 30, es decir, a las 19 o 20 horas, «nos van a caer a nosotros».
El Comando Espacial de Estados Unidos dijo que los restos del Long March 5B cayó en el Océano el sábado cerca de las 12:45, hora local, pero remitió preguntas sobre «aspectos técnicos del reingreso, como la posible ubicación del impacto de dispersión de escombros» a China. «Todas las naciones que realizan actividades espaciales deben seguir las mejores prácticas establecidas y hacer su parte para compartir este tipo de información con anticipación para permitir predicciones confiables del riesgo potencial de impacto de escombros», dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson.
«Hacerlo es fundamental para el uso responsable del espacio y para garantizar la seguridad de las personas aquí en la Tierra», agregó.
Por su parte, en Malasia, cientos de usuarios publicaron en sus redes sociales un video de lo que parecían ser los restos del cohete.
Aerospace Corp, un centro de investigación sin fines de lucro, dijo que era imprudente permitir que toda la estructura principal del cohete, que pesa 22,5 toneladas, regresara a la Tierra de manera descontrolada.
A principios de esta semana, analistas dijeron que el cuerpo del cohete se desintegraría a medida que se precipitara a través de la atmósfera, pero que era lo suficientemente grande como para que numerosos fragmentos sobrevivan a un reingreso en llamas y que podrían llover escombros en un área de unos 2.000 km de largo por unos 70 km de ancho.
La embajada china en Estados Unidos aún no hizo comentarios al respecto. Por su parte, el gobierno de China dijo a principios de esta semana que seguiría de cerca los escombros, pero asumió que representaba poco riesgo.
El Long March 5B despegó el 24 de julio para entregar un módulo de laboratorio a la nueva estación espacial china en construcción en órbita, marcando el tercer vuelo del cohete más poderoso de China desde su lanzamiento inaugural en 2020.